De: anabel@gmail.com
Para: rubencastillo@gmail.com
Rubén:
Anabella me conto por lo que estuviste pasando, espero que estés bien. Yo casi
no la cuento. Daniel el policía que estaba con nosotros desde el comienzo me
disparó a mí y a un hombre de Bordone mientras estábamos en Los Cocos en busca
de provisiones y combustible. Tardaron más de una semana en buscarnos, el
helicóptero estaba en patrulla cerca del Dique Cruz del Eje y la comunicación
no era buena. Un grupo de sobrevivientes vivía atrincherado en el complejo de
juegos de Los Cocos, ellos nos salvaron la vida. Son 15, 10 mujeres y 5
hombres. Muy bien provistos y ordenadamente en silencio. Lamento que su ayuda
haya desembocado en ser encontrados por el ejército. Créeme que Bordone es un
buen hombre, pero podría ser menos severo. Sé que leerán este mensaje, no
importa, saben bien lo que pienso. Según él, no hay chances sin su protección y
aunque pueda ser verdad, no sé si la protección es para todos los vivos la
única solución.
Tengo para algunas
semanas más de recuperación y no niego que la disputa entre Anabela y Miriam
por cuidarme me hacen sentir tan bien que suelo olvidarme de todo y hasta que
no veo mi pantalón de fajina, mi fusil al lado de la cama, me creo en un fin de
semana en una colonia de vacaciones. Salvo a la noche, cuando me acuerdo de
donde estamos, de cómo estamos y me da culpa. Mucha culpa.
Comunicate con
Bordone. Es hora de que descanses un poco, quien te dice, a lo mejor en poco
tiempo te veo bajando del helicóptero y te convido un vaso del muy buen vino
que Don Julio ha sabido esconder.
PD: Hay algo que me
inquieta y me aterra. ¿Viste niños vivos? Es una pregunta que me está dando
vueltas todo el tiempo.
PD2: Iba a poner que
te cuides pero un hombre que ha pasado lo que has pasado vos, no debe necesitar
los consejos de un casi abogado (eso es lo que soy) para seguir teniendo el
cuerpo libre de mordidas. Te guardo una botella.
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